Aranda de Duero y Ribera vitivinícola del Duero. Situada la comarca de la Ribera del Duero burgalesa en el extremo meridional de la provincia de Burgos y bañada por el Duero, que la cruza y vertebra, la Ribera, es tierra de vinos, nobles y antiguos. Vastas lomas onduladas dibujan el paisaje ribereño, el valle del Duero, ancho y plano, surcado por el río que fecunda la vega, bajo un sol que besa los extensos cultivos de viñedo y pone reflejos de plata en el horizonte.
Frontera natural entre los reinos cristianos del norte y los musulmanes del sur en los lejanos días de la Reconquista, sus tierras atesoran una densa historia y un rico patrimonio artístico guardan sus iglesias y monasterios. Clunia, Caleruega, Roa de Duero, Peñaranda, la Vid, o Aranda de Duero, nos salen al paso ofreciéndonos los secretos del pasado, la grandeza de sus monumentos y la belleza de su entorno, invitándonos, además, a disfrutar de su famosa gastronomía y de sus excelentes vinos.
El centro comarcal es, sin duda, Aranda de Duero a la que aconsejan acercarse muy especialmente en el mes de septiembre, cuando ya los viñedos generosos ofrecen el preciado tesoro de sus uvas prestas para la vendimia. La ciudad creció junto al viejo caserío donde alternan palacios y casonas en cuyo interior se abren las típicas bodegas que constituyen un rico patrimonio rural digno de ser conocido. De su patriomonio artístico te destacaré sobre todo su iglesia gótica de Santa María y el Palacio de los Berdugo. Para yantar el plato fuerte de la capital de La Ribera es el lechazo asado en horno de leña, a la vieja usanza, acompañado de un pan de hogaza o torta de aceite, ensalada y un buen vino, joven, crianza o reserva de La Ribera del Duero, que es la Denominación de Origen de la zona obtenida de la uva tempranilla.
Al norte de Aranda está Gumiel de Izán, y no muy lejos, el otro Gumiel, esta vez del Mercado, lugar de paso al convento de "Domus Dei", en la Aguilera, donde San Pedro Regalado, sigue atrayendo por su fiesta, cada 13 de mayo, a los fieles de la comarca. Cerca de Gumiel del Mercado abren sus bodegas Sotillo de la Ribera, la Horra y Anguix y más cerca del río, Villalba de Duero, aupada en una colina. Casi enfrente, en la otra orilla, Castillo de la Vega y más al sur Haza, con la impresionante silueta de sus murallas y torres abandonadas.
Roa, la antigua Rauda romana, que hoy encara su futuro sobre la sólida base de sus vinos, amparados por la Denominación de Origen "Ribera del Duero" que aquí tiene su cátedra y sede. Sigue el Duero su curso por Cueva de Roa, dejando a un lado Pedrosa de Duero. Por aquí se dilata el paisaje típicamente ribereño y el río, tras socavar la base del terrero, dibuja una hoz para adentrarse en otras tierras, las vallisoletanas.
En cuanto a festejos tradicionales, muchos hay si bien sólo te destacaré Fuentelcésped con sus ocho niños danzantes que bailan ante la Virgen de la Nava durante el sábado más próximo al 13 de junio y el día de San Juan, con su preludio de mediados de mayo cuando se eligen a los danzantes y a los mayordomos con un zagarrón dirigiendo las danzas. Asimismo, vinculado a la etnografía te reseño el Museo de la Lana en La Horra, y por supuesto puedes practicar rutas varias de enoturismo, comenzando en el Centro de Interpretación de la Arquitectura del Vino sito en Aranda de Duero.
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